Francisco Zúñiga

BIOGRAFÍA - FRANCISCO ZUÑIGA (San José, Costa Rica, 1912 - Ciudad de México, 1998)

Francisco Zúñiga nació el 27 de diciembre de 1912 en San José, Costa Rica. Fue escultor, pintor, grabador y maestro de escultura. La mayor parte de su vida y carrera artística la desarrolló en México donde vivió a partir de 1936.

En 1920 inició el trabajo de ayudante de escultura en el taller de su padre, Manuel María Zúñiga Rodríguez, considerado uno de los mejores escultores de Costa Rica en esa época. Lo primero que Francisco Zúñiga aprendió fue a tallar la madera y la piedra. Realizaban principalmente figuras religiosas encargadas por las iglesias locales. 

Tuvo acceso a revistas de arte y literatura que venían de España, como: Blanco y Negro y La Esfera, así como a artículos de Alejo Carpentier en la revista Carteles, y traducciones orales de textos en alemán de Simmel y Riegl que hacía Max Jiménez. Durante 1926-1927 acudió a la Escuela de Bellas Artes de Costa Rica como alumno regular, pero la abandonó por desacuerdos con los métodos de enseñanza del maestro español Tomás Povedano, lo que sin embargo fue importante en su formación. 

En 1928, comenzó a pintar óleos y realizar pequeñas esculturas en madera de su propia invención. En 1930 talló su primera escultura en piedra. En 1931, ganó los primeros lugares en pintura y escultura de la tercera Exposición Nacional de Bellas Artes, en Costa Rica.

En 1932, se enteró del movimiento muralista de México. La revista Forma, publicada en México y otras publicaciones mexicanas editadas por la Secretaria de Educación de José Vasconcelos, se convirtieron en su principal fuente de información. Descubre a Diego Rivera, José Clemente Orozco y la escuela mexicana de talla directa. Pero no fue hasta 1936, en que Francisco Zúñiga decide mudarse a México de forma definitiva. Al llegar a la Ciudad de México se presentó con el pintor Manuel Rodríguez Lozano con una carta de un amigo en común, el escritor costarricense, León Pacheco. Trabajó en el taller de Rodríguez Lozano, así como en su taller en La Academia de San Carlos. Durante este período y hasta 1939 realizó unos treinta cuadros al óleo.

En 1937 ingresó como ayudante del escultor Oliverio Martínez y colabora con él en los trabajos del monumento a la Revolución Mexicana. En 1938 obtiene un puesto como ayudante en la escuela La Esmeralda. Es contratado como ayudante del escultor Guillermo Ruiz para la realización de obras monumentales para el gobierno del General Lázaro Cárdenas. Esto le permite acceder a la fundición de “Materiales de guerra”, en donde aprende la técnica de la fundición y conoce a Moisés del Aguila, con quien estableció una larga relación de trabajo. Formó la “Sociedad mexicana de escultores” con Guillermo Ruiz, Rómulo Rozo, Juan Cruz y Fidias Elizondo.

En 1939, gracias a la recomendación del maestro Oliverio Martínez, Francisco Zúñiga lo sucede en la cátedra de escultura en La Esmeralda, colaboración que cesará hasta 1970. En 1945 fue nombrado director del departamento de terracota, en donde realiza intenso trabajo hasta 1954. Entre sus discípulos se encuentran escultores y pintores como Manuel Felguerez, Pedro Coronel, Jorge Dubón y otros.

En 1947 contrajo matrimonio con Elena Laborde, con quien tuvo tres hijos. En 1954 se instaló en Tlalpan, en donde tiene por primera vez un estudio propio y en donde vivió hasta el final de su vida. Tuvo una vida muy productiva, realizó un gran número de esculturas en mármol, ónix, piedra, madera y bronce, así como dibujos en acuarela, crayón, carbón, pastel, y sanguina. Los pocos óleos que realizó fueron de su período temprano. También realizó un gran número de grabados. 

La temática que predominó en su obra fue la mujer indígena, el desnudo y en algunas ocasiones la figura masculina. Según palabras del propio artista: “Tal vez mi mundo sea el de la representación indígena femenina y de poses que están en relación con viejas culturas de Mesoamérica, lo que es una motivación emocional imperante y de la cual reafirmo justamente un lado irracional, los valores psicológicos, la herencia. Relaciono todo esto simbólicamente con lo geológico, lo terráqueo del origen, más aún, lo erótico. De ahí la exageración de los pechos, los vientres, las caderas. La naturaleza en ese sentido es inagotable porque la vida crece y muere. Las figuras en cuclillas son una masa esférica sustentada por dos puntos de apoyo: las piernas flexionadas. Este es el tema del quehacer cotidiano, y hasta el de parir. Las figuras recostadas, somnolientas o relajadas con una marcada sensualidad de animal echado. Las figuras sentadas como pirámides o ausentes orantes. Trato de captar todo ese mundo intemporal, esa resistencia que hace de México uno de los grandes pueblos de la tierra. Las figuras de pie, la verticalidad, características del hombre diferenciándolo de otras especies. Es importante la caja de la cadera, especie de concha sustentada en las columnas de las piernas, que a su vez sustentan la columna vertebral y remata ese eje central, la cabeza. Los paños o rebozos, tienen una función: la de velar parte de la figura, o recalcar una forma o saliente, de equilibrar o continuar un ritmo en la composición. En los grupos, las caderas trazan un eje horizontal de apoyo al conjunto, los espacios como volúmenes negativos, lo que en cinematografía se llama fuera de cuadro, las oquedades o las salientes firmes, toda esa construcción está pensada, calculada. De primordial importancia es la luz que ilumina o resalta las formas definiendo las oquedades y los planos salientes, las texturas rugosas o pulidas según el material”.

Realizó varias esculturas, monumentos, y estatuas por encargo de gobiernos de diferentes estados de México. Presentó sus obras en diversas exposiciones colectivas e individuales, tanto en galerías y museos de México como del extranjero.

Francisco Zúñiga falleció el 9 de agosto de 1998 en la Ciudad de México.

(Fuentes consultadas: Francisco Zúñiga, Catálogo razonado, Volumen I, por Albedrío en asociación con Fundación Zúñiga Laborde, A.C.)

PRINCIPALES EXPOSICIONES INDIVIDUALES